Niño jugando con pinturas y un mapa mundial

La educación sostenible, el motor al cambio

La educación sostenible es una pieza clave para poder brindar un futuro a las siguientes generaciones. Este enfoque busca impulsar la responsabilidad social, así como el compromiso con el medio ambiente, a través de valores y prácticas que promuevan el desarrollo sostenible en todos los niveles y aspectos del sistema educativo; desde primaria, hasta nivel superior.

Por Alexis Gutiérrez

Imagina que estamos interconectados y que cualquier cosa que hagas como individuo o de forma colectiva, tendrá un impacto en alguna parte del mundo, de manera ambiental, política o social. 

Un ejemplo de esto es la relación que tiene el desierto de Sarah con la selva amazónica, que, aunque estén a miles de kilómetros y los separe el océano Atlántico, cada año millones de toneladas de polvo sahariano ricos en nutrientes se transportan a través del aire hasta llegar a los suelos amazónicos. Pero, ¿qué pasaría si no llegaran en la temporada que el ciclo natural estipula? 

Lo más seguro es que afectaría de manera importante al cambio climático, y tendría repercusiones sobre otros seres vivos, incluyéndonos. He aquí la importancia de que el ser humano tenga una mirada crítica y sistémica, para comprender que compartimos el mundo con otras especies y que todo lo que hagamos durante los próximos siete años tendrá un impacto real que marcará nuestro futuro.

 

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

El 25 de septiembre del 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030. Esta agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales son un llamado a la acción global para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar que las personas disfruten de paz y prosperidad. 

Uno de estos objetivos es parte fundamental para nuestra transformación como sociedad. El objetivo número 4 aborda la Educación de Calidad, el cual busca garantizar una educación inclusiva y equitativa, así como promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos; además de empoderar a las personas de todo el mundo para que lleven una vida más saludable y sostenible. 

La sostenibilidad en la educación

La educación sostenible es una pieza clave para poder brindar un futuro a las siguientes generaciones. Este enfoque busca impulsar la responsabilidad social, así como el compromiso con el medio ambiente, a través de valores y prácticas que promuevan el desarrollo sostenible en todos los niveles y aspectos del sistema educativo; desde primaria, hasta nivel superior.

Con la educación de desarrollo sostenible (EDS), se fomenta en los estudiantes una comprensión profunda de los desafíos y soluciones relacionadas con la sostenibilidad ambiental, cultural, económica y social; promoviendo habilidades que los capaciten para afrontar temas del mundo actual y futuro, donde la protección del medio ambiente es una prioridad.

La importancia de incorporar la sostenibilidad en los sistemas educativos permite formar ciudadanos conscientes y comprometidos con el cuidado, la protección y la gestión del entorno. Comprender las transformaciones sociales y llevarlas hacia sociedades pacíficas, inclusivas y basadas en el estado del derecho, abre la oportunidad a la libertad de expresión y acceso universal a la información y el conocimiento. 

La sostenibilidad en la educación no solo se limita al contenido en el aula, sino también implica el diseño de nuevas infraestructuras escolares amigables con el ambiente, el uso eficiente de los recursos naturales y energéticos, así como la participación de todos para atender el presente, y al mismo tiempo, responder a las necesidades del futuro. 

 

Los retos y desafíos que enfrenta la sostenibilidad en la educación 

Como en todo, tenemos desafíos y retos para avanzar hacia una educación sostenible a nivel mundial. Se requiere de un esfuerzo colectivo que debemos afrontar tanto gobiernos, como instituciones educativas, docentes, estudiantes, la sociedad civil y la comunidad global. Actualmente, millones de personas, especialmente en regiones en desarrollo, todavía carecen de acceso a una educación de calidad.

A eso debemos sumar que, a nivel mundial nos enfrentamos al cambio climático. El aumento de fenómenos extremos, como sequías e inundaciones, afecta de manera negativa a las escuelas, y a su vez, dificulta el acceso a ellas.

Además, la falta de recursos e infraestructuras sostenibles en las escuelas es otro obstáculo importante. Muchas de ellas carecen de energía renovable, sistemas eficientes de agua y saneamientos, así como espacios verdes para el aprendizaje al aire libre. 

Otro reto es la capacitación y formación de docentes, contar con agentes de cambio que fomenten la alfabetización ambiental y social, el pensamiento crítico y la capacidad para tomar decisiones informadas con metodologías innovadoras y liderazgo socioambiental. 

Como especie, sería inaceptable permitirnos ignorar estos desafíos si no queremos comprometer nuestro planeta y lograr una educación sostenible a nivel mundial. Es responsabilidad de todos el tomar medidas concretas para garantizar un mejor futuro, a través de una inversión adecuada en infraestructuras sostenibles en las escuelas, así como programas educativos que promuevan realmente la conciencia ambiental y la resiliencia frente al cambio climático.  

 

Los estudiantes del futuro  

No podemos hablar de un cambio sin estudiantes. Los estudiantes del futuro son aquellos que tienen un compromiso con su comunidad, además de una participación en proyectos y actividades sostenibles, cercanos a su institución y círculo; en otras palabras, son agentes de cambio. 

Para lograr que los estudiantes sean dichos agentes de cambio, es fundamental que las familias también estén comprometidas con el medio ambiente e inculquen la conciencia ecológica desde temprana edad, con valores de respeto y responsabilidad hacia el entorno, compartiendo una visión holística entre los aspectos ambientales, económicos y sociales. 

El pensamiento crítico es una de las habilidades más importante que el estudiante debe desarrollar. La capacidad de observar y analizar de una manera interdisciplinaria, a largo plazo, ayuda a tomar acciones y decisiones que consigan cuidar el presente, mientras aseguran y mantienen el futuro de las nuevas generaciones. 

Además, durante su proceso de educación tienen la oportunidad de participar en el desarrollo de proyectos de investigación que impulsan valores como la responsabilidad, la justicia, la equidad, la solidaridad y el respeto por la diversidad cultural y biológica. Esto les permite profundizar en temas específicos y contribuir al conocimiento colectivo, así como tomar decisiones, lo cual ayuda a desarrollar un liderazgo en la planeación y ejecución de iniciativas.

En resumen, los nuevos estudiantes son ciudadanos conscientes y responsables con nuestro planeta. Tienen la capacidad de tomar decisiones informadas y responsables que promueven un futuro más sostenible y equitativo. 

 

Estrategias para empezar y promover la educación sostenible en las instituciones

Promover la sostenibilidad requiere de un enfoque integral que abrace la enseñanza, la gestión y la cultura institucional, comenzando por la integración de la sostenibilidad en el plan de estudios, a través de cursos y programas académicos.

La ciencia, la innovación y la tecnología son de gran utilidad para alcanzar el éxito de este proceso, impulsando un aprendizaje práctico y experiencial, donde existan proyectos de investigación y actividades de campo relacionadas con la sostenibilidad. 

Adoptar políticas institucionales es de suma importancia. Estas deben reflejar un compromiso real hacia el desarrollo sostenible, incluyendo tanto la gestión de recursos que minimicen el impacto ambiental, como prácticas de compras sostenibles, la gestión del agua, la reducción de residuos y el ahorro de energía.

Para ello, es necesario apoyarse en los ODS y establecer metas alineadas a estos, así como indicadores y métricas para evaluar las mejoras de su desempeño ambiental y social. Las evaluaciones regulares del progreso hacia los ODS deben ser divulgados ante las autoridades pertinentes y la comunidad. 

Otra estrategia es la creación de colaboraciones y redes con otras instituciones educativas u organizaciones dedicadas a la sostenibilidad, para compartir mejores prácticas y recursos, participando en redes y asociaciones de sostenibilidad a nivel local, nacional e internacional.

Por último, seguir educando a través de la organización de eventos y campañas de concienciación sobre la sostenibilidad para involucrar a la comunidad, para fomentar la participación de docentes, estudiantes y padres de familia.

Sin importar la escala o magnitud de las acciones, todas estas estrategias pueden ser el comienzo del proceso de transformación que las instituciones pueden emplear para dar el primer paso y comenzar a sumar a la sostenibilidad. 

 

Uno, desde lo individual

Lograr la educación sostenible es un proceso que requiere tiempo. Mientras el gobierno y las instituciones desarrollan estrategias para resolver los retos y desafíos, nosotros como comunidad y como padres de familia, también podemos poner nuestro granito de arena para mirar hacia un futuro prometedor. 

Y es que la educación sostenible no se limita sólo a formar estudiantes capacitados, sino que promueve un estilo de vida para transcender como humanidad y especie. Es un proceso continuo de aprendizaje y adaptación, es prepararnos para abordar los desafíos y las oportunidades de manera informada, ética y efectiva. 

Como individuos nos toca cambiar nuestros hábitos e inculcarlos en nuestra familia y comunidad; propiciar el consumo responsable, la mirada sistémica y el pensamiento crítico; y entender que somos un colectivo, pues necesitamos unos de otros para hacer la diferencia. 

Sin importar contexto o cultura, el mundo requiere enfoques que sean apropiados y relevantes, que provengan de diferentes regiones y comunidades. Únicamente quienes habitamos los espacios podemos transformarlos, porque comprendemos las necesidades básicas y cruciales.

Así que, desde hoy, te doy la bienvenida a la transformación y a este gran cambio hacia la sostenibilidad, donde juntos hemos comenzado a ser agentes de cambio. 

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