La detección oportuna del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede mejorar la calidad de vida de niñas y niños. Te hablamos aquí de sus características más comunes y las opciones de acompañamiento. – Andrea Mireille Están llenos de energía. Es normal que las infancias hagan travesuras, griten, corran y salten; sin embargo, […]
La detección oportuna del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede mejorar la calidad de vida de niñas y niños. Te hablamos aquí de sus características más comunes y las opciones de acompañamiento.
– Andrea Mireille
Están llenos de energía. Es normal que las infancias hagan travesuras, griten, corran y salten; sin embargo, en ocasiones el comportamiento de los menores se debe a una condición muy común pero poco comprendida: el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Este problema del neurodesarrollo se presenta en la niñez. De acuerdo con Leticia Molina Flores, terapeuta especialista en atención de TDAH, se trata de una enfermedad cerebral crónica que, entre otras cosas, dificulta e interfiere con la capacidad de controlar el comportamiento en quienes la padecen.
Esta condición crónica se revela, según explica la especialista, entre los seis y los siete años. Los niños son hasta cuatro veces más propensos a padecerlo que las niñas y, aunque los síntomas pueden pasar por conductas propias de la infancia, como tener mucha energía o ser ruidoso, el TDAH se distingue por tres factores principales: la hiperactividad, la desatención y la impulsividad.
Pese a que estas conductas son marcadas en personas que viven con TDAH, es importante contar con un diagnóstico y, de requerirse, un tratamiento profesional.
También es conveniente que padres y madres se sometan a una revisión. De acuerdo con Aurora Jaimes Medrano, del departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, las causas son multifactoriales, pero predomina el componente genético.
Otro punto importante es que, a pesar de que casi siempre se aborda desde el aspecto infantil, el TDAH no se detiene ni desaparece en la etapa adulta. Por eso es importante diagnosticarlo a tiempo y evitar problemas serios a largo plazo (por ejemplo, dificultades para relacionarse e incapacidad de conservar un empleo).
Aprovechar tus cualidades
Según Leticia Molina, debemos entender que todas las personas tenemos cerebros distintos. Hay que evitar etiquetar y excluir a niñas y niños con TDAH. Si bien representan un desafío en muchos sentidos, también pueden ser personas altamente creativas, con momentos de hiperfocalización que pueden guiarse hacia actividades de su interés y desarrollar su potencial.
Por eso es importante buscar ayuda profesional. Si se opta por fármacos, siempre hay que asegurarse de que el medicamento y la dosis sean adecuados. La terapia conductual ayuda a generar estrategias para organizarse, mejorar las interacciones sociales y apegarse al tratamiento. Otra ayuda son los deportes y las actividades artísticas o recreativas, pues les permiten expresarse y aprovechar toda esa energía.
En cuestiones educativas, lo mejor es buscar una cuyo enfoque comprenda el TDAH y tenga una educación inclusiva y con personal capacitado para enfrentar las necesidades que quienes viven con esta condición.
Otro consejo de la especialista a madres y padres es unirse en grupos para lidiar mejor con las demandas de las infancias con TDAH. Eso ayudará a generar estrategias, además de darles apoyo y un sitio donde desahogarse cuando se sientan rebasados. “No se acaba el mundo y no están solos”, dice Molina.
Madres y padres informados, amorosos y al cuidado de sí mismos serán de gran ayuda para que el TDAH no limite el potencial de las infancias.
Un trastorno frecuente
Feggy Ostrosky, del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la UNAM, detalla que, en promedio, tres de cada 10 personas que padecen TDAH son propensas a la depresión y la bipolaridad. También se ha reportado que la mitad de las personas que viven con TDAH muestran signos de ansiedad, y un tanto más tienen problemas de alcoholismo y drogadicción en la vida adulta, mientras que una tercera parte tienen alguna conducta antisocial.
La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, con información sobre TDAH, indicó en 2009 que 1.6 millones de niñas y niños entre los 6 y los 16 años tienen TDAH, y de este total, el 8 por ciento de ellos tienen un diagnóstico adecuado y están en tratamiento; éste suele combinar los fármacos con terapia psicológica y ocupacional.
SÍNTOMAS COMUNES
TRATAMIENTOS
LUGARES DE APOYO EN CDMX
Río Tiber 21, Cuauhtémoc
Pampas 56, Moderna, Benito Juárez
Insurgentes Sur 1194 int. 704-3, Tlacoquemécatl del Valle, Benito Juárez
Progreso 9, Santa Catarina, Coyoacán
DIF Naucalpan, Isla de Agua, Huixquilucan, EDOMEX
Debemos hacer énfasis en que las emociones no son positivas o negativas, simplemente se reflejan en nuestro cuerpo con diferentes sensaciones corporales bastante reconocibles, gracias a las cuales podemos distinguirlas y regularlas. Regular una emoción significa saber expresarla sin necesidad de dañar a otras personas o a nosotros mismos. Algunos pueden sentir la emoción en el estómago, la garganta, las piernas, etc. Cuando no podemos regularla es cuando se presenta de forma no controlada: con crisis de llanto, gritos o ansiedad.
Muy probablemente en los últimos años has escuchado hablar sobre la creatividad. Y no es de extrañar, ya que es un término que se ha popularizado, principalmente desde que se consideró como una de las habilidades clave para el futuro. A propósito, si en este momento tienes hijos, el listado de “Las 10 principales habilidades para el futuro” del Foro Económico Mundial, debería estar ya en tu radar. En términos simples, la creatividad es la capacidad de generar ideas, conceptos o soluciones de una forma novedosa, por lo que resulta ser una cualidad fundamental en el proceso de resolución de problemas y de toma de decisiones.
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